Mi experiencia de intercambio en Alicante, España

Recuerdo desde el primer año que ingresé a la Universidad del Salvador en Buenos Aires a estudiar Licenciatura en Publicidad, una carrera que me atrapó durante los primeros dos años, hoy me encuentro a pocas materias de ser licenciada y algo me hizo cambiar radicalmente: el intercambio.

En segundo año, escuché sobre las posibilidades que se ofrecía de realizar estudios en diferentes países. Sin pensarlo dos veces y sin consultarlo con nadie, me presenté un día en la Dirección Internacional de la Universidad, «me quiero ir» así de claro lo tenía.

No sabía cómo, qué tenía que hacer. Pero yo me quería ir a Barcelona a estudiar un tiempo. Por una cuestión de mis raíces esa era la ciudad que anhelaba y quería vivir esta experiencia por mí misma.

Mis expectativas cayeron con el primer traspié, me indicaron que Barcelona no contaba con ofertas para estudiar publicidad, por lo que me ofrecieron irme a Madrid. Tal vez no era lo que buscaba, pero no me iba a negar. Además Madrid es una ciudad con el ritmo como el de Buenos Aires, «no va ser difícil adaptarme», pensé.

Ya decidida una vez más, me comunicaron que Madrid había dejado de ser una opción, que debía buscar otras alternativas dentro de España. Por más que suene desafortunado, hoy en día lo agradezco porque si no fuera por todo aquello nunca hubiera conocido ALICANTE, que para mí era un lugar totalmente desconocido. No tuve más que googlearlo y con sólo ver fotos de la ciudad y sus playas, me convenció. Madrid había desaparecido totalmente. Y no me arrepiento…

En cuestiones de tramitaciones y documentaciones, no tuve ninguna complicación, en cada caso las Universidades actúan de diferentes formas, la mía cooperó muchísimo y me brindó mucha ayuda.

Pero los meses previos al viaje, fueron de puro caos y ansiedad. Por momentos no me daba cuenta que me iba a vivir unos meses lejos de casa, sin saber con qué me iba a encontrar y sin conocer a nadie.

A pocos días del viaje, cuanto más se acercaba menos me daba cuenta, no caía. Preparé la valija para 6 meses de una forma totalmente natural, como si me fuera de vacaciones. La mañana del 20 de Agosto, mi familia me despidió en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Aún no lo sentía. Pero una vez que me subí al avión comprendí que comenzaba la aventura, por momentos sentí miedo, me pregunté: ¿Qué estoy haciendo? y también se me escaparon unas lágrimas, pero el corazón me explotaba de felicidad.

Luego de una breve escala en Madrid, llegué a Alicante, con un clima de pleno verano. Esta ciudad sobre el Mediterráneo se transformó en mi hogar por 6 meses, dónde logré establecerme y adaptarme totalmente, logré conectar con la Universidad, con la ciudad y con la gente.

Podría hablarles extensamente sobre Alicante, la ciudad, todo lo que ofrece, pero en este post me voy a centrar precisamente en mi intercambio en algunos datos para quienes piensan estudiar allí. (Claro que va a haber más información)

Si bien fui de intercambio estudiantil, todo aquello creo que fue una excusa para lo que mas quería: viajar, conocer nuevos lugares, nuevas personas, conocerme a mí misma, vivir esta experiencia sola, desconectarme de la rutina y salir de mi zona de confort. Pero también fui a clases, no quiero decir que no, en la Universidad de Alicante, que además es un enorme campus que ofrece cantidad de actividades diarias, cursos y deportes (yo entré al equipo de hockey).

El primer mes viví en una residencia frente a la UA, la había contratado desde internet antes de viajar. Villa Universitaria, si bien es agradable y está muy bien ubicada, no la recomiendo, no recomiendo las residencias. Fue mi único error. Para empezar, las habitaciones son muy costosas y el único beneficio es poder caminar a la Universidad.

Al paso de tiempo fui conociendo gente de todos lados, locales y otros estudiantes como yo que estaban de intercambio. Fue así como al poco tiempo conocí a una chica y un chico de Mendoza, Argentina que vivían juntos. Fue los primeros con los que pegué onda, luego en mi misma situación conocí a un chico de Perú. Con ellos tres viví el resto de mi intercambio, compartimos un piso ubicado entre el centro de Alicante y la Universidad, no podíamos estar mejor, y la convivencia fue realmente buena.

La vida como ERASMUS (como llaman en Europa a los alumnos de intercambio) se basó en los primeros meses aprovechar lo que quedaba de verano, tardes eternas en la Playa del Postiguet, junto a nuevo amigos de países como Uruguay, Brasil, Colombia, Chile, Francia, y más. Las salidas por El Barrio o el Puerto, con muuuchos chupitos y sangría (acompañadas de innumerables resacas) y por supuesto, LOS VIAJES.

Alicante, me enamoró. Su ritmo es muy tranquilo y su costo de vida es muy accesible. Había encontrado mi lugar, fue la primera vez que me sentí adaptada en un lugar que no era mío pero que sentía que únicamente quería estar ahí, por eso cuando me di cuenta que todo se estaba terminando, entre lágrimas comuniqué a mis padres mi deseos de quedarme a vivir allí, siempre me apoyaron, cuando empecé a tramitar la extensión de mis estudios en la UA para quedarme caí en la cuenta de que algo no estaba haciendo bien, que en realidad tenía que volver, tenía que terminar mis estudios en Buenos Aires sea como sea, era mi ultimo año y lo tenía que aprovechar con mi familia y mis amigos de siempre. No digo que dejé mi sueño atrás, pero si decidí hacerlo de una mejor forma, me encuentro ahora atravesando el último año, por más que ya no sienta que quiera trabajar de publicista, encerrarme en una agencia, vivir en ese ambiente competitivo, voy a terminar con esto que empecé, me voy a llevar un título al lugar donde verdaderamente quiero estar: el mundo.

Así es como el tiempo se me pasó rapidísimo, cuando menos me di cuenta ya estaba haciendo la valija para volver, el momento más triste cuando todo aquello que preparé durante meses se terminó. Por suerte, Alicante me hizo sentir cómoda y feliz, me dejó una experiencia enorme, personal como profesionalmente y los más lindos recuerdos.

En conclusión mi intercambio fue más que positivo, se transformó en una etapa personal.  Tan agradecida por todo lo que viví, los lugares que conocí y los amigos de tantas partes del mundo que hice. Es un reto día a día, dónde siempre había algo nuevo para hacer, la idea de que no existe una rutina marcada lo hace más atractivo, el tiempo era totalmente tolerable, no tuve tiempo de extrañar nada en 6 meses, realmente fue así, no extrañaba a nadie, ni mi país, ni mi casa. 

Para aquellos que piensan en realizar un intercambio, claramente recomendaría como lugar Alicante, por una afinidad que me dejó mi intercambio con esa ciudad, pero más allá de eso, mi consejo es que hagan el intercambio, no importa dónde, si cuentan con la posibilidad de hacerlo, simplemente vivan esta experiencia y que lo comprueben por ellos mismo, ya que cada experiencia es diferente y va más allá del lugar dónde vayas.

Espero que les haya gustado un poco de mi vida como estudiante extranjera (2016-2017). Los próximos post los dedicaré de lleno a contarle más sobre la ciudad, sus encantos y alguna que otra anécdota más. Si queres saber más o hay algo que no quedó claro, cualquier consulta deja tu comentario, los leo.

Gracias y feliz fin de semana a todos!!!

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